Señales que anticipaban el resultado
Susana Maidana - Doctora en Filosofía y profesora emérita de la UNT.
En respuesta a la pregunta sobre el balotaje, pretendo no caer en lugares comunes con afirmaciones como: “el pueblo se equivoca”, “es ignorante”, “no tiene memoria”, entre otras. Lo cierto es que era algo esperable, que quizás negamos porque no supimos leer algunas señales que anticipaban el resultado. Intentaré señalar sólo dos de ellas.
1) No hubo una autocrítica del gobierno respecto de muchos errores que causaron indignación y preocupación, especialmente, las medidas económicas, que castigaron a los sectores más vulnerables y a la clase media.
Existieron varios quiebres que pusieron en evidencia cierta incapacidad para responder a las necesidades y expectativas sociales. Desmesurada inflación, aumento del dólar, empobrecimiento cada vez más pronunciado, hechos de corrupción de algunos políticos, que contribuyeron a aumentar la desconfianza hacia la política o mejor, hacia algunos políticos que impactaron en la credibilidad de la política, minimizando su gravitación en las sociedades democráticas que requieren consensos y diálogos. Que la política no sea un valor es un hecho a tener en cuenta si queremos vivir en democracia.
2) La campaña de Libertad Avanza supo cómo llegar a la gente: jóvenes, adultos, varones, mujeres y todos los sectores sociales, precisamente, porque entendió el fenómeno de las nuevas tecnologías y su influencia en la medicina, la economía, los roles sociales, la política, la cultura en todos sus pliegues y, fundamentalmente, las nuevas formas de comunicación que se instalaron y que fueron mucho más lejos que el trabajo territorial.
De pronto, un líder creado mediáticamente ganó gran proyección social, independientemente de que sus programas políticos sean positivos para unos y alarmantes para otros.
Sin embargo, no considero que sea suficiente el uso de las nuevas tecnologías para ganar elecciones, porque es necesario un trabajo comprometido solidariamente con la gente.
En lo personal, pensar sobre el futuro de nuestro país me genera angustia ante la posibilidad de perder los derechos humanos que la Argentina conquistó.
Cuando hablo de derechos humanos no me refiero solamente a la barbarie del terrorismo de estado, sino también a los derechos a la educación y a la salud públicas, a la ciudadanía de los colectivos LGBTQ2, a la posibilidad de comer y vivir dignamente, a la libre creación científica, artística y cultural, a la defensa de los derechos de los trabajadores, entre otros.
“Sin libertad, la democracia es despotismo, sin democracia la libertad es una quimera”. Esta frase de Octavio Paz, un amante de la libertad, puede ayudarnos a reflexionar sobre la compleja realidad que vivimos los argentinos.
El estruendoso fracaso de la política tradicional
Nicolás Zavadivker - Doctor en Filosofía y profesor UNT.
¿Cuáles son las novedades políticas resultantes de esta elección? En primer lugar, la aparición de un espacio político reciente sin gobernadores ni estructura que llegó a obtener la presidencia. Y con ello la ruptura del bipartidismo (o bi-coalicionismo) que viene alternándose para gobernar argentina desde 1946 en adelante en períodos democráticos.
Milei, Macri, el shock gradualista y el tiempo de descender a los infiernosEn conexión con este acontecimiento, otra novedad: el peronismo perdió en casi todas las provincias donde suele ganar, incluyendo Tucumán. Eso implica que actualmente las estructuras partidarias no alcanzan para triunfar, al menos en una elección nacional. En ese sentido, se advierte el rol creciente que ya juegan hoy las redes sociales en los procesos electorales. Otra novedad es la aparición pública de una masa considerable de jóvenes enojados y desilusionados de la política, que no consumen información en medios tradicionales y que se vieron reflejados en un personaje políticamente incorrecto que se presenta tan enojado como ellos. Este sector fue clave en las PASO y por lo tanto en la instalación de Milei como una alternativa opositora electoralmente viable de cara a los comicios generales.
En términos más generales, el triunfo de un outsider de la política, que capitalizó a su favor su no paso por el desgaste de la gestión pública junto a un exasperado discurso antisistema, revela un estruendoso fracaso de la política tradicional.
Javier Milei habló con Kristalina Georgieva y dijo que el FMI se mostró "colaborativo"Si bien en el plano ideológico Milei representa una combinación de derecha conservadora y liberalismo extremo, creo que buena parte de su electorado lo escogió con independencia de sus ideales libertarios y de sus propuestas más desmesuradas, a modo de voto castigo o bien con genuinas esperanzas de que podrá mejorar al país. La contracara de este fenómeno, el 44% que no lo eligió, expresó su preocupación por perder algunos terrenos y valores que daban por descontados. ¿Serán satisfechas las expectativas de los votantes de Milei o sobrevendrá -como con el gobierno de Macri- una nueva desilusión? ¿Cuáles de sus propuestas -esperadas o temidas- llegarán realmente a materializarse?
Lo que viene por lo pronto es un baño de realidad para el nuevo gobierno, con cierto aire de paradoja: el desafío de ser un presidente que cree que el Estado es el problema (y no la solución) y que ahora se encuentra del otro lado del mostrador. Que denuncia que los políticos son una casta que trabaja para sí misma pero que tiene que negociar con ellos para elaborar nuevas leyes. Y en el medio, un contexto económico francamente crítico, pero gracias al cual pudo alcanzar la presidencia.
Una última reflexión: Milei afirma que Argentina entrará en la senda del crecimiento si se sientan las bases del libre comercio. Pero la libre competencia, según el propio credo liberal, no garantiza el desarrollo económico, sino sólo las bases del desarrollo económico. La competencia genera tanto ganadores como perdedores, y para estar entre los primeros antes hay que prepararse. ¿Están las empresas argentinas listas para medirse con éxito frente a los gigantes de Asia y del resto del mundo? ¿Llegará a ocupar nuestro país un lugar de relevancia en un libre mercado de alcance planetario?
El juego democrático
Griselda Barale - Doctora en Filosofía y profesora emérita de la UNT.
El juego de la democracia es un movimiento permanente de automanifestación, los ciudadanos se prestan a jugar respetando reglas y conscientes de los tiempos, como el de las elecciones, en el que pueden perder o ganar, sin ser este el final de juego.
Los votantes de La Libertad Avanza (LLA) ganaron esperanzados en que: inflación, corrupción, inseguridad, desazón, desaparecerán en un futuro próximo. Fueron pobres y ricos; escolarizados y no; jóvenes, maduros y viejos; habitantes de ciudades, pueblos y campo; transversalidad necesaria para un legítimo triunfo.
Tras abandonar JxC, la Coalición Cívica afirmó que será una "oposición responsable" durante el gobierno de MileiEl candidato les prometió: ajuste, recorte inmediato y profundo; tolerancia cero a toda protesta; fin de la obra pública; privatizar medios públicos, salud, educación, ríos y mares; desconocer el Incucai; arancelar la universidad; cerrar el Incaa, achicar el Conicet; restaurar Aerolíneas Argentinas para venderla; privatizar YPF y Vaca Muerta; Milei se dice liberal como Alberdi pero no cree, como él, en un Estado presente que protege y defiende los derechos colectivos de los ciudadanos, entre los que se encuentran la justicia económica y la igualdad social para que la libertad no retroceda. Contrariamente, cree en el mercado como garante de la libertad y regulador de las relaciones -deshumanizadas- entre consumidores. Defiende los monopolios económicos que fagocitarían a las Pymes; su neoliberalismo, sin matices, no sería aprobado por Alberdi.
Milei y equipo niegan los 30.000 desaparecidos, creen que las víctimas de la dictadura son victimarios y viceversa; que los derechos humanos son un negocio; que la educación sexual es pornografía; que no existe el cambio climático, que nuestra moneda es basura, que la homosexualidad es una enfermedad y no se privan de calificaciones insultantes.
El relato de LLA se arma alrededor de conceptos vacíos o ambiguos, para que cada quien les dé el significado deseado. Pero la campaña electoral pasó. Ahora es tiempo de planes, estrategias, proyectos; políticas de ciencia, tecnología y de protección a los más vulnerables; de explicar qué instituciones del Estado serán respetadas y cuáles no, de cómo se afrontará la deuda con el FMI.
El Estado mileinista sí tiene ya planes solidarios para las fuerzas armadas (FA). Cito a Victoria Villarruel: “…que las FA recuperen el orgullo de servir a la Patria, para nosotros es esencial. No sólo porque sus integrantes están desmoralizados, sino además porque sufren una acentuada frustración profesional (…) La defensa nacional es una responsabilidad básica e indelegable de Gobierno federal (,,,), debe ser lo más autónoma factible, (…) nos vamos apoyar lo más posible en la industria nacional privada. (…) Las FA son la columna vertebral de la defensa nacional (…), deben ser revalorizadas (son) instituciones fundamentales del Estado. (…) Crear(emos) un instrumento ágil, moderno y tecnológicamente avanzado (para) revertir el deficiente equipamiento. (…) Elevar el estado moral (…) con acciones que apunten al bienestar humano (…) favoreceremos su acceso a la salud y a la vivienda (…) mejoraremos (sus) niveles de ingreso (…)”.
Villarroel desconoce que a la Nación la defienden las FA junto a salud, trabajo, educación, arte, ciencia y tecnología. Y que todos los argentinos tenemos derecho al “bienestar humano”, mejores ingresos, acceso a la salud y a la vivienda.